2022-01-19 06:00:00
¿Para qué sirven las vitaminas?
En el año 1550 a.C., en el Papiro de Ebers (el Papiro de Ebers es uno de los tratados de medicina y farmacopea más antiguo del mundo, se encontró en el año 1862 en Egipto y fue comprado por el alemán Georg Ebers de donde toma su nombre), se describe la enfermedad del Escorbuto. La palabra llegó al castellano del francés scorbute, que significa aproximadamente “ruptura de vientre”. Era típica entre los marineros y lo síntomas son pérdida de cabello, hemorragias, afectación en encías, mala cicatrización de las heridas, alteraciones emocionales y en etapas terminales ictericia, edema, fiebre, convulsiones, shock y muerte.
En la Edad Media se describe el Raquitismo, los síntomas son las deformidades esqueléticas, las cuales son provocadas por el reblandecimiento y debilitamiento de los huesos. Afecta principalmente a los niños.
También se hablaba del “Mal de la rosa”, también conocida como lepra, su nombre actual es pelagra y consistía en lesiones cutáneas que se creían eran infecciosas.
En Japón, en el año 1884, el médico japonés, Tanehiro Takaki, eliminó el beriberi de la Marina Imperial Japonesa, añadiendo, carne, fruta y cereales integrales a la dieta habitual. Relacionó la enfermedad con una deficiencia en la dieta y creyó equivocadamente que la carne era la cura.
No fue sino hasta inicios del siglo XX que los científicos empezaron a hacer experimentos serios para descubrir los efectos y posible cura de estas enfermedades.
Sir Fredrick Hopkins[/caption] Este y otros experimentos demostraron la existencia de ciertas sustancias orgánicas presentes en los alimentos, las cuales eran indispensables para el desarrollo de la vida animal. Las llamó “factores accesorios de la alimentación”. Junto con Christian Eijkman, descubrió que la cura para el Beriberi era el consumo de cereales integrales y que debido a que la gente había priorizado el consumo de arroz pulido, había perdido ese importante nutriente contenido en la cascarilla del arroz. [caption id="attachment_7545" align="aligncenter" width="300"]
Christian Eijkman[/caption] En 1911, el bioquímico polaco Casimir Funk, descubrió la sustancia presente en la cascarilla del arroz y la nombró (en inglés) vitamines , en referencia a los términos latinos vita (vida) y amines (compuestos químicos que contienen amoniaco). [caption id="attachment_7546" align="aligncenter" width="626"]
Arroz integral o con cascarilla vs arroz blanco o pulido[/caption] Tiempo después se descubriría que no todas estas sustancias contienen amoniaco, por lo que se sugirió eliminar la “ e”, por lo que la palabra final se conoció mundialmente como vitamin. Más tarde, este compuesto sería denominado tiamina o más comúnmente llamada vitamina B1. La primera de las ocho vitaminas que componen el Complejo B. [caption id="attachment_7547" align="aligncenter" width="230"]
Casimir Funk[/caption]
Vitamina A (retinol): Descubierta por Elmer Veller McCollum y Marguerite Davis de la Universidad de Yale. La denominaron A porque creían que era el primer factor que podrían tener las personas con obesidad y sobrepeso. Se le denominó “sustancia liposoluble A” y se le antepuso la palabra vitamina, fue la primera en ser plenamente identificada como tal. La deficiencia de esta vitamina puede causar lo que se conoce como ceguera nocturna.
Vitamina D (calciferol): Descubierta por Sir Edward Mellanby mientras estudiaba el raquitismo en niños. Se demostró que la exposición a la luz solar es la que sintetiza dicha vitamina en el cuerpo humano. Promueve la absorción de calcio en el intestino y permite la mineralización ósea.
Vitamina B2 (riboflavina): Descubierta por DT Smith y EG Hendrick, es una de las vitaminas esenciales, ayuda al metabolismo de los lípidos, carbohidratos, proteínas y aminoácidos, por lo que su papel es fundamental en la obtención de energía. Se caracteriza por tener un pigmento amarillo y cuando es expulsada a través de la orina suele pintarla de un color amarillo-naranja bastante intenso. [caption id="attachment_7580" align="aligncenter" width="220"]
Hongo que produce vitamina B2 con el característico color amarillo[/caption] Su carencia genera trastornos oculares, bucales y cutáneos, cicatrización lenta y fatiga. Otras condiciones que inducen la carencia de riboflavina son las dietas no equilibradas, el alcoholismo crónico, la diabetes, el hipertiroidismo, exceso de actividad física, estados febriles prolongados, lactancia artificial, estrés, calor intenso y el uso de algunas drogas.
Vitamina E (tocoferol): Descubierta por Herbert McLean Evans y Katherine Bishop, la descubrieron en los vegetales de hojas verdes. Su carencia en el cuerpo humano es extremadamente rara. Se le conoce por sus efectos antioxidantes.
Vitamina B3 (niacina): Fue J. Goldberger quien después de varios años de investigación de la pelagra, determinó que no era un agente infeccioso el causante de la enfermedad sino la deficiencia de la vitamina B, o de varias de ellas, ya que se descubrió que dentro de esta vitamina había varias que formaban un complejo, ésta al ser la tercera en descubrirse se le denominó B3. Es muy importante ya que interviene en la obtención de energía, mantenimiento del sistema nervioso, ayuda al sistema circulatorio, fortalece el cuidado cutáneo y ayuda a estabilizar la glucosa.
Se le conoce también como ácido nicotínico, pero para evitar que se le confundiera con la nicotina se modificó a niacina. Al igual que la vitamina B12 no puede ser sintetizada por el cuerpo humano por lo que necesita ingerirse productos de origen animal para su correcta absorción.
Vitamina C (ácido ascórbico): Su nombre se deriva de la palabra escorbuto, y su descubrimiento se debe al médico húngaro Albert Szent-Györgyi, quien descubrió que los pimientos tienen grandes cantidades.
Su deficiencia produce escorbuto y es el principal antioxidante en el cuerpo humano, interviene en la formación de colágeno y es esencial para la cicatrización y facilita la recuperación en las quemaduras de la piel, ayuda a la liberación de ácido fólico y facilita la absorción de hierro, disminuye formación de trombos, combate enfermedades víricas y bacterianas, interviene en el metabolismo del calcio, entre muchas otras más.
Vitamina B5 (ácido pantoténico): Descubierto por Roger Williams, se le denominó pantoténico derivado de la palabra griega Pantos, que significa “en todas partes” ya que se encuentra en cada célula viva de organismos vegetales, animales y hasta microorganismos. Ayuda a convertir los alimentos que consumimos en la energía que necesitamos. Es importante para muchas funciones en el organismo, especialmente la fabricación y descomposición de las grasas.
Vitamina B6 (piridoxina): Descubierta por Paul Gyórgy, es una vitamina que se encuentra naturalmente presente en muchos alimentos. La vitamina B6 es esencial para que funcionen bien las enzimas (proteínas que regulan los procesos químicos del cuerpo).
La vitamina B6 también influye en el desarrollo cerebral durante el embarazo y la infancia, al igual que el sistema inmunitario, por lo que su consumo es esencial para las funciones del cuerpo humano, sin embargo, también puede ser tóxica si se toma en exceso, tomar dosis muy altas de vitamina B6 puede dañar los nervios (lo que se denomina neuropatía), causando dolor y entumecimiento en las piernas y los pies. Además, puede que no se sientan las vibraciones ni la postura en que se encuentran los brazos y las piernas. Vitamina B8 (biotina): Fue también descubierta por Paul Gyórgy, la biotina es una sustancia del complejo B que, como coenzima, asiste a la formación de ácidos grasos, así como a la oxidación de estos y de los carbohidratos. Es un nutriente esencial que aparece en cantidades trazas en todos los tejidos animales y vegetales.
Vitamina K (filoquinona): Descubierta por el bioquímico danés Henrik Dam, mientras buscaba una sustancia desconocida necesaria para la coagulación de la sangre. La llamó vitamina K debido a koagulation en danés. El descubrimiento de Dam fue de gran importancia puesto que permitió el avance en el conocimiento sobre la coagulación sanguínea y generó una terapia de rescate para los pacientes con hemorragias.
Vitamina B9 (ácido fólico): Descubierto por la científica y hematóloga inglesa Lucy Wills, mientras estudiaba la anemia perniciosa del embarazo en India.
En esta época la muerte en mujeres embarazadas con problemas nutricionales era muy alta, y ella estaba segura de que se trataba debido a un problema por una deficiencia alimentaria especifica, por lo que estudio diversos posibles tratamientos y descubrió que el mejor fue el obtenido después de suministrar marmite (el marmite es literalmente un desecho: es el extracto de la levadura que queda como residuo después de la fermentación de la cerveza. En el siglo XIX un químico alemán llamado Justus von Liebig, considerado el padre de la industria de los fertilizantes, descubrió que no había por qué tirarlo, que podía comerse sin morir, y a comienzos del XX empezó a comercializarse en Reino Unido.)
Wills descubrió que contenía un componente que al principio no pudo identificar pero que se conoció como Factor Wills. Años después se pudo obtener y sintetizar a partir de las hojas de la espinaca, y se descubrió que formaba parte de las vitaminas del grupo B, se le denominó entonces ácido fólico. Es esencial para producir ADN y producir células nuevas, especialmente glóbulos rojos. Vitamina B12 (cobalamina): Debe su nombre a que contiene cobalto, fue descubierta por Mary Shaw Shorb y Karl August Folkers, bioquímicamente hablando es la más compleja de todas las vitaminas, es la única vitamina de origen bacteriano, es decir, no la producen ni los hongos, ni las plantas, ni los animales. Los alimentos que la contienen es debido a la simbiosis bacteriana que la produce. La vitamina B12, el hierro y el ácido fólico, son vitales para la formación adecuada de células sanguíneas, para regular el sistema inmune y el sistema nervioso.
Como la mayoría de las vitaminas del grupo B, la B12 contribuye al metabolismo normal de la energía, es necesaria para un sistema cardiovascular sano y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga, también favorece la salud mental.
Liposolubles. Son las vitaminas que no se disuelven en elementos acuosos, pero sí en grasa, por lo que tienden a almacenar en tejidos grasos del organismo como el hígado y el tejido adiposo, algunas de ellas pueden permanecer hasta meses en el cuerpo, por lo que una ingesta mayor a la recomendada podría causar toxicidad en el organismo.
En nuestros días casi todos los productos industrializados tienen adicionadas vitaminas y minerales, esto tiene diversas finalidades, los productores, por ejemplo, las añaden para restituir su contenido cuando ha quedado disminuido durante el proceso de fabricación, almacenamiento o manipulación, o para darles un valor nutricional semejante al de los alimentos de los que pretenden ser alternativas.
También, en ocasiones, algunos países, por razones de salud pública obligan a añadir vitaminas o minerales, así, por ejemplo, en el Reino Unido e Irlanda es obligatoria la adición de vitamina A y D a la margarina.
Las vitaminas no pueden añadirse a los alimentos no transformados, como las frutas o la carne, ni a las bebidas alcohólicas.
Por su parte, las vitaminas de origen sintético son aquellas obtenidas por procedimientos de síntesis química o fermentación. Este tipo de vitaminas son menos costosas de producir y permiten asegurar más fácilmente la pureza del componente químico. Además, como se han producido dentro de un laboratorio, están menos expuestas a la contaminación. Independientemente del origen de las vitaminas, al final el componente químico resultante es exactamente idéntico y su efecto en nuestro organismo es el mismo.
Las vitaminas son compuestos químicos, cuya eficacia se mide por su pureza, no por su origen y, en este sentido, la intervención humana sí puede jugar un papel determinante.
Para muchos es muy difícil consumir las 5 piezas de hortalizas o frutas recomendadas al día, y tomar suplementos nos puede ayudar a mantener los niveles de nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Lo más importante siempre será mantener una dieta balanceada y una vida activa. En Sigmapack trabajamos conjuntamente con Bachiller, Hoong-A y Countec para el proceso, llenado, tapado de vitaminas, suplementos alimenticios y nutraceúticos, así como de tabletas, ya sea en blíster o bote. Contamos también con otras marcas de gran prestigio para el etiquetado de envases, empaques y armadoras de cajas, así como paletizadores y despaletizadores. Todas las soluciones que necesites para empezar desde cero o complementar tus líneas de producción. Trabajamos con las mejores marcas del mercado para dar el mejor servicio a nuestros clientes. Puedes ver nuestro catálogo virtual o si prefieres puedes enviarnos un correo electrónico a info1@sigmapack.com.mx o bien llamarnos al 555234 3905 ext. 810